Mantén una comunicación abierta y afectuosa con tus hijos/as, expresando amor, respeto y apoyo incondicional en las interacciones diarias.
Promueve una autoestima positiva, elogia sus logros, reconociendo sus esfuerzos y valorando sus cualidades y capacidades individuales.
Establece límites claros y saludables, explicando las expectativas y consecuencias de manera comprensiva y consistente, evitando el castigo físico o humillante.
Permitir a los hijos tomar decisiones apropiadas para su edad y fomentar su independencia gradualmente, brindándoles oportunidades para asumir responsabilidades y desarrollar habilidades.
Enseñar a los hijos habilidades de resolución de conflictos, promoviendo la comunicación abierta, el respeto mutuo y la búsqueda de soluciones justas y equitativas.
Establece límites claros y saludables, explicando las expectativas y consecuencias de manera comprensiva y consistente, evitando el castigo físico o humillante.
Brindar apoyo emocional y comprensión a los hijos, validando sus emociones, escuchándolos con empatía y ayudándolos a desarrollar habilidades para gestionar sus sentimientos.
Cuidar del propio bienestar físico, emocional y mental, reconociendo la importancia de mantener un equilibrio saludable entre las responsabilidades parentales y las necesidades personales.